viernes, 20 de abril de 2012

Personas Mayores Aprenden a Usar Internet

Cómo animar a acercarse y aprender sobre internet a las personas mayores
Somos conscientes que a las personas de cierta edad, la tecnología, las novedades y los cambios, le generan incertidumbres, porque alteran sus hábitos y estructuras mentales.
"Me da reparo tocar las cosas (se refiere a las funciones de televisión, vídeo, etc.) porque me da miedo. Mis nietos cuando vienen me dicen para que sirven las cosas pero yo les digo que se estén quietos, por miedo a que las rompan" (María, 71 años).
Cuando nos planteamos trabajar en un tema como el del título de este artículo, surgen una serie de interrogantes: ¿la persona de más edad será capaz de decidirse a aprender e introducirse en el mundo de Internet? ¿El deterioro físico, psíquico y social de los años no provocará un fracaso de cualquier intento de introducción en estos campos?. Partimos de que la pedagogía afirma que el individuo es educable cualquiera que sea su edad, aunque la primera barrera que generalmente hay que vencer en este proceso está en nuestro interior y corresponde a esa desconfianza, actitud o creencia errónea de que adquirir nuevos conocimientos corresponde sólo a una etapa de nuestra vida y no de que siempre hemos de estar dispuestos a más. Este principio general quizás sea sólo aplicable a determinadas personas, pero sabemos que las hay también de edades avanzadas dispuestas para aprender Internet si ello les sirve para mejorar su calidad de vida. "No hay más remedio, si no quieres quedarte atrás hay que aplicar el muriendo y
aprendiendo" (Ramón, profesor de prácticas de FP, 66 años). En general las personas que no están por la labor de incorporar la informática a sus vidas se caracterizan por:
?Reconocer que no les interesan, que nada esperan que aporte el ordenador a sus rutinas diarias.
?Ser individuos que jamás han trabajado durante su extensa vida laboral con el ordenador; para ellos ver a un nieto o familiar enfrascado en divertidos juegos no ha supuesto nunca un estímulo para preguntarse qué tiene esa actividad para despertar tanto
interés.
?Miedo a meter la pata, piensan que en cualquier momento pueden tocar una tecla inadecuada y perder toda la información o incluso borrar el contenido del disco duro.
?Ser personas que por haber nacido en otros tiempos, no creen en el método del ensayo y el error como manera de aprender, es más, desconfían tremendamente de ese modo de interaccionar con la máquina.
?No tener claras las tareas concretas que se podrían realizar con el ordenador y las facilidades que este instrumento aportaría a su vida personal.
Creemos que cualquier tarea de aprendizaje ha de tener una significatividad lógica y psicológica para el sujeto que aprende. Lo consideramos básico para que el material nuevo se incorpore a la memoria del sujeto, ampliándola y modificándola y se establezcan relaciones entre los recientes conocimientos y el conocimiento previo. Es decir, que en los diferentes niveles del aprendizaje pero sobre todo con las personas que peinan canas, no podremos proponer actividades sobre Internet, si antes las mismas no adquieren un alto valor para que haga que merezca la pena el esfuerzo al que nos vamos a someter. Ejemplo, aprendo a manejar el correo electrónico si tengo nietos en América con los que poder contactar fácilmente por este medio.
"Ahora le escribo a mi hija siete u ocho correos electrónicos al día, como es tan barato, lo mismo que una llamada local, aunque sé que ella me contestará cuando pueda pasar por la biblioteca" ( Andrés, jubilado, 58 años.)
Con algunas peculiaridades como las que presentamos a continuación muchas personas mayores están dispuestas para aprender Internet si:
?Descubren necesidades que se pueden llegar a satisfacer mediante el uso de la Red.
?Los esfuerzos de aprendizaje se dirigen hacia situaciones reales que sirvan para resolver problemas y mejorar su forma de trabajar, leer, entretenerse, comunicarse, informarse y ver la vida.
?La metodología a emplear parte del análisis de la propia experiencia.
?El monitor que lo enseña tiene en cuenta que las diferencias individuales son considerables a una determinada edad y que cada individuo tiene un estilo de aprendizaje, unos hábitos, una disponibilidad y exigencia diferentes.
En otros trabajos anteriores (Pavón, 1998), hemos defendido que la educación, a cualquier edad, busca sobre todo potenciar a la persona, organizar su escala de valores y facilitar su adaptación cultural y social. En este proceso se desarrollan predisposiciones positivas hacia uno mismo y hacia los demás. Se favorecen actitudes relacionadas con los distintos aspectos del mundo externo de la persona (otros individuos, fuentes de conocimientos, etc...) y en la vertiente interna le llevan a una mejor aceptación de sí mismo. En el presente seguimos defendiéndndolo.

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