Las mayores proporciones de jóvenes están en los
países en desarrollo, donde las TIC llegan con mayor dificultad, aunque
más ampliamente que otros servicios básicos de los que carecen. Por
ello en esos países, las TIC pueden ayudar a salvar otras carencias,
por ejemplo en educación, trabajo o sanidad.
En los países desarrollados donde las carencias de
servicios básicos son menores, las TIC pueden complementarlos,
principalmente en el área de la educación, pero sobre todo se han
convertido en un nuevo espacio de comunicación y ocio para los menores.
El teléfono móvil e Internet son canales de
comunicación y expresión que contribuyen cada día más a las relaciones
sociales, al entretenimiento y al aprendizaje de niños y jóvenes. Pero
es necesario, como en otros ámbitos de la vida, enseñar a los menores
todo el potencial que les proporcionan, restringir los contenidos
inadecuados para su edad y avisarles de los riesgos de los que deben
protegerse.
Internet es una vía de escape para los adolescentes, sobre todo para aquellos que viven en situaciones complicadas, que encuentran en Internet una herramienta de ocio. En otros casos, las iniciativas de incorporación de las TIC a menores
vienen a reforzar la integración de otros colectivos con riesgo de
exclusión social.
Las TIC ofrecen enormes oportunidades a los niños y adolescentes, en
materia de educación, ocio, socialización o consulta de información, lo
que puede influir de forma positiva en su día a día.
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